domingo, 21 de diciembre de 2008

"Profesiones inútiles" presenta...

Hoy: Árbitro de Pressing Catch.

- "Hola amigos, me llamo John Peterson, bueno, en realidad me llamo Julián Rebolledo, el primer nombre es para el curro, para que pareciera más "cool" al estar en inglés y tal, !psé! total, ¿quién se va a fijar?
Mi trabajo es ser árbitro de Pressing Catch, o lucha libre, como la llamáis aquí en España, y... vale, pensaréis que es una profesión de pegote, que yo lo que hago allí es gritar como el que advierte a los luchadores y agitar los brazos poniendo carantoñas, como si me importaran algo las supuestas reglas que existen en este... no sé si llamarlo deporte, teatro, o coreografía sincronizada, pero en realidad ser árbitro es una movida tela de complicada, que requiere mucho esfuerzo, sacrificio y preparación. Os cuento cómo es un día cualquiera en mi vida:

Lo primero que hago es levantarme por la mañana temprano, y como sé que la palabra "temprano" es muy subjetiva, para mí, temprano significa a las 12:00. Me ducho, desayuno dos claras de huevo para aclarar la garganta, y dedico tres cuartos de hora a practicar carantoñas y posturitas típicas de árbitro, recién duchado y en calzoncillacos, tras lo cual me plancho el uniforme mientras veo el resúmen de lucha libre del día anterior, para ver que tal lo hice, o si sobreactué demasiado, por si acaso voy haciendo ejercicios de estiramiento de mentón por si tengo que gritar como un descosido, no vaya a ser que me dé un tirón y me quede como la máscara de Scream.


Estáis observando años de entrenamiento gesticular,
ésta es la "cara de jodido nº 14"

Después del almuerzo toca ir al gimnasio. Los árbitros de lucha libre tenemos una tabla de ejercicios exclusiva para nosotros, con ejercicios de  élite y súper específicos para nuestra profesión, por favor, no intenten estos ejercicios en casa, nosotros somos profesionales con muchos años de experiencia. En fin, ese día tocaba levantamiento de polea con el mentón, para ejercitar los gestos, cuatro sesiones de quince repeticiones cada una de separación de pesos muertos, que las suelo hacer con dos sacos de boxeo pegados el uno al otro, por si en mi coreografía toca separar a dos de estos mastodontes, y finalmente, sesión intensiva de cinta de correr, una hora y media ahí al trote, que no es la primera vez que tengo que salir por patas con uno de estos mazacotes detrás mía con una silla en las manos, y creo que no quería precisamente que le arreglara alguna pata a la silla, más bién él es el que me quiere arreglar a mí la espalda a base de "caricias" con la sillita, que para más inri es plegable, para que sea cómoda de transportar, no te jode.


Ya podían hacer sillas de gomaespuma, leñe.

Llega la hora de ir al estudio, a grabar el capítulo del día siguiente, me pongo a hacer estiramientos fuera del ring mientras John Cena & company ensayan midiéndose el lomo en plan teatrero: "yo te meto un secante aquí", "tú te tienes que caer aquí", "yo pongo cara de indignado allí", y es muy curioso, porque en la lucha libre todo es teatro, y los que en el ring son enemigos acérrimos, cuando terminamos de grabar se van todos a tomarse una cervecita, se beben la mitad de la producción de cerveza estadounidense de ése día, acaban discutiendo, y luego se pelean, pero ostias, me refiero a de verdad, se ven volar sillas, mesas, neveras, camareros, máquinas de tabaco, toros mecánicos... hasta que se cansan y luego se quedan dormidos como angelitos, !ains...! si esque son tan monos cuando están dormiditos...

En lo que se refiere a mi mundo fuera del curro, mi profesión me suele ayudar bastante, por ejemplo, a la hora de ligar en la discoteca de turno.
La verdad esque impresiona cuando me acerco a una tia y le suelto que trabajo en Smackdown, tras lo cual pongo cara de chulo y la miro fijamente un par de segundos, haciendo un movimiento de morritos sexy. La pena es que la ilusión dura lo que tarda la chica en cuestión en pedirme que me levante la camiseta.
Normalmente la chica que me suelo llevar a la cama, es en plan "polvo chantaje", para que al siguiente dia la cuele en los ensayos a ver si prueba suerte con algún mastodonte. Doy asco, lo sé, pero entre eso y no mojar, me compro un látigo de siete colas y duermo la mar de calentito todas las noches oiga.

Pero bueno, no todo van a ser ventajas ¿no? la vida de un árbitro es muy sacrificada, y reconócelo, si ves un asalto sin árbitro, ves que falta algo, una figura autoritaria en el caos de la lucha entre hombres, que representa la ley y el orden, y que siempre recuerda que para llegar a lo más alto debes seguir unas reglas, aunque de vez en cuando me toque hacerme el despistado para que hayan algunas acciones marrulleras, que eso siempre gusta al respetable, (en esos momentos suelo pensar una frase mientras vuelvo la cabeza para otro lado, en plan "!mira la mosca!").


¿Dónde está la mosca, aquí o aquí?

Que bueno, que sí, que a lo mejor entre neurocirujano y árbitro de Pressing Catch a lo mejor hay algo de diferencia... bueno, mucha diferencia... rozando un poco la diferencia abismal, ya lo sé, pero ¿y lo bien que me lo paso?

martes, 9 de diciembre de 2008

Verdades sobre los FPS.

Que nooo, que no significa "Flipados Para Siempre", ni "Feo Pero Simpático", ni siquiera "Friendo Pollos Suizos", hablo de los First Person Shooters, o shooters en primera persona... o los juegos esos que tú vas andando con la pistolita... yaaa lo has pillado ¿no? Pues suéltamela, que voy a mear. Juas juas juas.

Hablaremos hoy de las cuatro verdades que te encontrarás, o si el lector no es un noob en estos temas, ya se habrá encontrado con ellas en el campo de batalla, y que indistintamente de si se trata de un Call of Duty, un Medal Of Honor, o un Unreal Tournament, te vas a encontrar con ellas te guste o no, especialmente si lo enfocamos desde el modo multijugador, que es donde más jugo se le saca.

Imagínate que entras en una partida online de batalla por equipos, imagínate Aliados conta el Eje, entras como aliado. 14 contra 14 y fuego amigo activado. (¿alguien ha pensado "masacre"? Por supuesto).
Te toca elegir arma, así que la primera verdad te la encuentras ya aquí, y esque cuando decides optar por el rifle de francotirador, resulta que todos tus enemigos llevan equipadas metralletas, y para más inri siempre te los encuentras de frente o te aparecen por detrás, con lo cual, si tienes MUCHOS reflejos, igual tienes la oportunidad de, girando 180 grados dando un golpe de cintura que ni Ronaldiño en sus buenos tiempos, disparar a tu enemigo una jodida vez antes de que caiga sobre ti la verdadera lluvia de plomo que representa una Thomson a dos palmos de distancia. Oh sí, la primera en la frente.

Pero resulta que estás ya hasta el ojete de que te vapuleen y optas por la metralleta, resultará entonces que esque el Eje ha cogido rifle, y da la casualidad de que son jodidos profesionales. La media hora de partida que decides tirarte con la metralleta buscando campers en los tejados se convierte en pura rutina: Resucitas en tu base. Andas diez metros. Miras un par de tejados. Escuchas un tiro. Mueres. Sueltas random insulto al equipo contrario y achacas su buena puntería a que se ha instalado algún tipo de bot que apunta por él, y vuelta a empezar...
Y no importa si es un ataque coordinado con tus compañeros de batalla, incomprensiblemente tú siempre llevas como una especie de bengala / banderita roja agitándose / sirena de bomberos que hace que tus enemigos te maten primero a tí. Supongo que por escandaloso. Random insulto again.


"A ver, ¿quién es el gracioso que me ha colgado
una diana en la espalda?"


Cuando parece que ya le pillas el truco a la partida en cuestión, e incluso te permites algún que otro asesinato de alemán malvado y estás en pleno subidón soy-el-puto-amo-segador-de-almas, te encuentras con otra de las verdades a las que me refiero.
A ésta verdad yo personalmente la llamo "el jodido bajador de humos".
Es curioso, porque pasa todo muy rápido, prácticamente en décimas de segundo, así que voy a ralentizar la escena:

Imagínate que pones /TiempoBala-ON, y te encuentras gritando, (en cámara lenta, por supuesto): "- Biiieeeeen, sooooy eeeel puuuuto aaaaamoooo....", no terminas la frase, cuando de una esquina de la habitación en la que casualmente entrabas, sale un alemán que parece que te ha visto venir a través de las paredes, y te encuentras de repente en esa fatídica décima de segundo en la que, él te ha visto, tú lo has visto también, pero todavía no habéis empezado a disparar al bulto como locos histéricos. Bien, vuestros dos cerebros mandan a la vez la orden a vuestros dedos para que pulsen el botón de disparar, efectivamente pulsáis los dos a la vez, el impulso eléctrico del ratón manda una orden al ordenador para que ejecute la acción que el juego interpreta como "abrir fuego". Hasta ahí todo bien, pero... ¿qué pasa ahora? Pues que da la casualidad de que, (y aquí viene la verdad), "el jodido bajador de humos" tiene un punto menos de latencia que tú y te mata antes.
Nunca aceptarás que te ha matado porque de tanto mantener el fuego de tu metralleta en vez de disparar a ráfagas, se te ha desviado y has perdido puntería. Nunca será fallo tuyo. Jamás.


Hijo mío, aquí no hay latencia que te salve

En esos momentos te suele invadir la furia y piensas: "- Ah, ¿si?, pues ahora voy a ir de camper, a ver si les gusta a estos mamones", y te apalancas en una esquina con la metralleta mirando fijo a una puerta que, tarde o temprando será cruzada por algún incauto enemigo, ¿no?
!Pueeees taaaampoco compensa!, porque según la ley de Murphy, quien indudablemente cruzará dicha puerta será un aliado tuyo, seguidamente te traicionará el subconsciente y los reflejos a la hora de disparar, y lo dejarás frito en menos de lo que se tarda en decir "teamkiller", sin tener en cuenta, claro está, que si la habitación en cuestión en la que te has apalancado tan vilmente tiene dos puertas, siempre te freirá el enemigo por la puerta que no estabas vigilando en ese momento, sumado a que los campers no suelen caer demasiado bien entre la comunidad jugona... mejor déjalo campeón, busca otra estrategia.

Al final optas por cooperar con tus compis y jugar lo mejor que puedas, simple y llanamente.
Por eso, cuando juegues a algún FPS, disfruta jugando y matando, pero sobre todo, disfruta muriendo, porque sabrás que alguien está disfrutando con tu muerte, y si algo es mejor que la felicidad de uno, es saber que con tu sufrimiento estás haciendo feliz a los demás... lo cual es un poco raro, by the way. Así que si me veis en alguna partida, recordad: Hacedme muuuuy feliz, por favor.