sábado, 19 de febrero de 2011

Mamá, de mayor quiero ser como la SGAE

Querida madre, si tuviera una maquinita del tiempo, y volviera a mis tiernos 12 o 13 añitos, aparte de ahorrarme los detalles de la asquerosa "involución" que supone el que las espinillas volvieran a minarme la cara y los pelos de mis cojones crecieran hacia adentro, te diría que mi mayor ilusión sería ser de mayor igualito que la SGAE.
Y aunque no sé porqué se te están inyectando los ojos en sangre y has ido a coger el cinturón de la hebilla gorda, te diré que si he decidido tal cosa es porque la Sociedad General de Autores y Editores es un gran ejemplo para mí en lo que respecta a los valores que tiene que tener una persona para triunfar en la vida.

Empezando por el valor. Y esque no todo el mundo tiene los santos cojones de colarse en la boda de unos completos desconocidos y cobrarles (o al menos intentarlo) un tanto por ciento por la música del convite. Que estamos hablando de tu jodida boda, del puto dia más feliz de tu vida...
"-Hola, soy Armando Castillos Enelaire, agente de la SGAE, tome mi tarjeta. " (Aquí ya se te empieza a poner "poker face")
"-Verá, esque vengo a cobrarles 20 euros porque he detectado que en el convite de su boda ha sonado La Barbacoa, El Corazón Partío, y El Baile del Pañuelo, los tres temas protegidos por derechos de autor, así que serían 5 euros por canción, mas 5 euros más de recargo por mal gusto al elegir canciones".
Y aunque los novios utilizaran la tarjeta para cuando se les gastara el papel higiénico y le denunciaran por infiltrarse en un evento privado, por su puesto, fallando el juicio a favor de los novios, no me negarás, madre, que hay que tener los huevos cuadraos para hacer tal cosa.

También me encantaría tener su sentido del negocio. O sea, yo me compro un disco duro y ya me están cobrando un tanto por ciento por si me da por ser piratilla... canon lo llaman, y yo a lo mejor lo he comprado para guardar mis sesiones de guitarra en mp3, el bautizo de mi sobrina, o las fotos de mi sesión de bondage de los jueves por la tarde, pues todo eso importa un cojón, tenga o no tenga derechos de autor, ya me lo están cobrando, por si acaso. Luego se sacan de la manga que el canon no es por si pirateas, que es por tener el derecho de copia privada del disco que hayas adquirido legalmente, lo cual es más sangrante si cabe, ya que me están obligando a pagar por hacerme una copia de seguridad, por ejemplo, de un cd de música que previamente he comprado, y si las copias de seguridad son exclusivamente para mi disfrute y no las voy a vender, ¿por qué carajo tengo que pagar un plus para escuchar exactamente las mismas putas canciones, solo que en otro cd? Amigo, ahí está el negocio, incluso cuando la Comunidad Europea haya declarado el canon como ilegal, les suda el cimbrel. Del derecho o del revés, pero tu pasas por el aro. Me encanta.

Mamá, ¿alguna vez has dudado de que la SGAE también tenga su corazoncito? Pues si todavía tienes dudas, te las voy a despejar de una vez por todas. La SGAE es una de las organizaciones más filantrópicas que existen, y ríete tu de Unicef.
Es como Robin Hood, nos roba a nosotros los pobres para dárselo a los todavía más pobres (léase Ramoncín, Alejandro Sanz y compañía), y esque todos ellos tienen necesidades vitales que deben ser satisfechas todos los días, así que todo el dinero que recaude la SGAE va destinado a que todos ellos puedan comer caviar todos los días, se puedan vestir de Dolce y Gavanna y puedan chapar sus Ferraris en oro, que como puedes ver, querida madre, son necesidades básicas para que cualquier persona pueda vivir, y que la sociedad, compuesta en un 90% por piratas sinvergüenzas que están en paro porque les da la gana ya que a todos ellos les sale el dinero por las orejas, se empeña en privarles de tan básicos derechos.


"Aaay paaayo, dame un leeeuro, que es pa el autobú"

Y por todas esas cosas, si volviera a tener 12 añitos, decidiría ser como la SGAE, y cuando fuera mayor, fundaría la Sociedad General de Albañiles Españoles, y cobraré todos los meses por el uso y disfrute del tabique que haya levantado, o del váter que coloque, y así todo el mundo se acordará de mí cuando cague.
Bueno, me despido de todos vosotros, que mamá me va a cascar un par de tollinas en la cepa de la oreja y me va a medir el lomo con la barra del perchero del armario empotrado.
Por cierto, no se si lo sabréis, pero mi madre se llama Justicia.