domingo, 23 de noviembre de 2008

El mantecado de limón: el gran olvidado de las navidades.

Aviso: Post no apto para personas en sus cabales.

Aquella tarde llegué del trabajo, abrí la puerta, atravesé el recibidor, y cuando iba entrando al salón, lo vi. Bueno, he de decir que me vió él primero, y que yo intenté desviar la mirada, pero sus ojos atrajeron los míos como si de un imán gigantesco se tratase. El mantecado de limón sabía que a esa hora llegaba, y me estaba esperando, ahí, solitario en aquella bandeja de cristal, como si de una tumba transparente se tratara, y que con sus ojos muertos me observaba, con una mirada entre la pena y la súplica.

Súplica por acabar con su miserable existencia, ya que los mazapanes, los roscos de vino, las bolitas de coco y los mantecados de canela le habían abandonado, y llevaba casi una semana sólo, apenado y desconcertado, sólamente esperando que alguien se apiadara de él y acabara con su sufrimiento y por fin pudiera marcharse de éste mundo, hacia una vida mejor, hacia el cielo de los mantecados.


En el mundo de los mantecados
también existe el bullying

Y esa persona, señoras y señores, fui yo, el libertador de mentes atormentadas y brazo ejecutor de almas en pena, decidí poner fin a su existencia, próxima a caducarse, no sin antes desnudarlo, desgarrando sus vestiduras amarillas y haciéndolas jirones, para humillarle y hacerle sentir el dolor indescriptible de una muerte lenta, mutilando poco a poco sus exquisitas y tiernas extremidades, mientras yo disfrutaba del dulce sabor a victoria del que sabe que es superior a su enemigo en todos los sentidos y que ejecuta sin piedad al que pide desconsoladamente la muerte que libere su alma del cascarón en el que ha habitado por tanto tiempo. Por demasiado tiempo.

Así que os pido, compañeros, que liberéis de semejante tortura al que lo necesite y os lo pida de corazón, hacedlo sin piedad y sin vacilar, que en éste mundo todos merecemos el mismo trato, ya que igual que todos merecemos nacer, también necesitamos morir, ya que la muerte es necesaria, ya que nos libera del sufrimiento que podría haberse manifestado en aquél mantecado si nadie hubiera finiquitado su vida y hubiera tenido que vagar eternamente sin rumbo, de basurero en basurero, y por fin unirse a la tierra que lo concibió una vez, fundiéndose finalmente con ella.

Damas y caballeros, pensemos en todas esas almas que necesitan vuestra ayuda para pasar de este mundo al más allá, a esa vida mejor, no ya sólamente el mantecado de limón, sino también la primera y la última rebanada del pan Bimbo, los restillos de patatas fritas que quedan en el fondo de la bolsa aún cuando la sacudimos para apurarla al máximo, los picos de la barra de viena, los bordes de pizza, etc. y no los dejes abandonados, ellos nunca lo harían.

Así que, queridos lectores, feliz próxima navidad, y cómanse todos los turrones, hombre ya.

4 comentarios:

  1. ¡Qué gran verdad! Pobre mantecado de limón, siempre será el adolescente con granos y bigote inafeitable que siempre se quedaba en casa jugando al Monkey Island los viernes por la noche mientras el guaperas trozo de turrón duro del surtido salía al centro a ligarse a las bolitas de coco...

    ... en todos estos dualismos, ¿por qué se me representan los alfajores como los matones de la clase?

    ¡¡Malditos alfajores, y malditas vuestras collejas!!

    Efectivamente, post no apto para personas sin serios trastornos mentales.

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  2. Cómo se van las cabezas, madre mía. Lo que ta liando la crisis

    Tanta oda al caramelito me ha hecho imaginar que cuando los niños del edificio van a tu casa la noche de Halloween y te dicen truco o trato, tú vas y les quitas los caramelos y todo. Qué ansia.

    Fíate que yo en Navidad no tomo ni polvorones ni mantecados ni na de eso. Un poquito de turrón y ya ya está.

    Por qué me da que ni esta entrada ni sus comentarios no pasarán a la historia del blog ni de nuestras vidas... o sí

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  3. @Francis

    De locos está el mundo lleno, y la carga filosófica de esta entrada es impresionante, para el lector bien entrenado por supuesto...

    ... o no... o yo que sé, como diría Arguiñano en Airbag.

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  4. De los tres mil y pico freaks que han entrado a este blog, yo diría que el 80% se ha sentido alguna vez como el mantecado de limón, servidor incluído, lo que no quita que puede ser que también haya sido una rallada mía de estas tardes raras que me dan, pero el paralelismo con la realidad es innegable.... o no.

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Sucios piratas dicen: