martes, 27 de enero de 2009

Lo bueno y lo malo, ¡vampirízame!

Aclaraciones importantes.

1. El siguiente texto está lleno de Spoilers sobre Crepúsculo, en cambio he tenido a bien no destripar Déjame entrar ya que lo consideraría una blasfemia.
2. Ambas películas están basadas en novelas, Déjame entrar no he tenido el gusto de leerla; a Crepúsculo, de la señorita Stephenie Meyer, la destrozo con saña, absténgase adolescentes hormonadas.
3. Recurro mucho al chiste fácil con la susodicha novela (y película) de vampiros fosforescentes, incluyendo agresiones verbales al colectivo de seguidores de la misma. Aviso de antemano que, efectivamente he leído Crepúsculo, y que tengo intención de continuar con la saga, los motivos más adelante.

Todo dispuesto.

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Aaah, el cine de vampiros. ¡Qué buenos momentos nos ha dado! Esas sombras juguetonas del Drácula de Coppola, ese Sex Machine espermatizando a balazos a engendros del Averno, los vaqueros vampirescos de Carpenter, los jóvenes inadaptados, sedientos y Ocultos... en fin, un subgénero impresionante, una delicia. Pronto hablaré de mis películas de género (dentro del terror) favoritas, y vampiros van detrás de zombis, los amo. Con locura.

El año pasado tuve ocasión de, ajeno completamente al fenómeno fan, asistir a la premiére de Crepúsculo. "¿Cómo? ¿Una peli de vampiros/superhéroes adolescentes? ¡Eso tengo que verlo!" Este año, y después de leer mucho sobre ella, también tuve la ocasión de bajarme una triste copia para la crítica en V.O. con doble subtítulo (español e inglés) de Let the right in on (Déjame entrar) que ya desde el título promete, no puede existir un título más adecuado para una película de vampiros, es imposible, ni en siglos. Pues bien, ahora me encuentro en disposición de hacer una comparativa entre lo bueno y lo malo, lo bien hecho y lo destrozado. Empezaré por lo bonito, es más tierno.

Miren la cara de la niña...


Lo bueno (si breve, dos veces bueno): Déjame entrar

¿He mencionado ya la imposibilidad de encontrar un título más adecuado para una película de vampiros? ¿Si? Bueno, pues lo repito. Déjame entrar es la adaptación de un best Seller del escritor sueco John Ajvide Lindqvist (vaya nombrecito). La historia es tal como sigue: Oskar es un chaval al que le gusta coleccionar noticias sobre asesinatos, quizá debido a la desagradable, insoportable y asquerosa persecución de la que es objeto por parte de los matones de su escuela. Un día como otro cualquiera llega a su vecindad una chica llamada Eli, que si bien huele raro y el color en su cara tiende a desaparecer a la par que su pelo se vuelve gris, resulta ser de lo más simpático que el bueno de Oskar puede echarse a la cara entre los miembros de su edad. Tras la llegada de Eli, comienzan a sucederse asesinatos...

Una delicia, una auténtica y genuina delicia de película. Capaz de ACOJONARTE con según que plano y saltarte dos lagrimones como gargajos de anciano en según que otro. ¿Queréis ver una revisión del género vampiresco, pero guardando la esencia del mismo? Aquí lo tenéis. ¿Queréis ver una AUTÉNTICA historia de amor imposible? Aquí lo tenéis. ¿Queréis ver las, posiblemente, mejores interpretaciones infantiles de la década? Pues aquí está. Una joya que ha pasado desapercibida incomprensiblemente, un PELICULÓN COMO LA COPA DE UN PINO. La escena que, digamos, da nombre a la película es uno de los momentos más memorables del cine de vampiros, así, como suena. Un ejemplo de como hacer las cosas bien hechas, con cariño, con pasión por tu trabajo, con descaro y con profesionalidad. Lástima no encontrar la novela en ningún lado, si alguien sabe decirme se lo agradeceré profúndamente. Sublime.

... y compárenla con el jeto de estos dos.


Lo malo (Dejad que me desahogue): Crepúsculo

He leído la novela en la que se basa la película y pienso leer las continuaciones, si. ¿Por qué? Muy sencillo, del mismo modo que me entretengo leyendo los libros del Barco de Vapor, del mismo modo que adoro leer a Mortadelo y Filemón... exáctamente del mismo modo que me entretengo leyendo la etiqueta del champú cuando no hay nada más a mano. El motivo es tan sencillo como que Crepúsculo es un auténtico y genuino "libro de cagar". Presentado en un tochete importante (no inmenso, pero importante) cuando lo abres descubres el motivo, la letra Arial 14 que atenta contra el sentido de la vista, con ese atroz interlineado de punto y medio... Crepúsculo es, damas y caballeros, una novelita sin trascendencia dentro de ningún género, la señorita Meyer sabe darle a su público lo que quiere leer, y esto es descripciones de vampiros metrosexuales con superpoderes que se enamoran de la tonta, patosa y de grandes problemas personales como: "jo, mi mamá, o sea, mi MAMÁ, ¿sabes? prefiere vivir con mi padrastro chachipén antes que cargar conmigo, o sea, yo no pedi nacer, ¿vale? Pero no quiero fastidiar a mi mamá, así que viviré con mi padre, a pesar de que sólo me regala una camioneta por mi cumple, o sea" Esas simpares adolescentes de la generación Y que consumen mierda a mansalva y a las que comenzar la lectura de un libro "así de gordo, o sea" aparcando la Maxim y la Glamour para posteriores visitas al WC hace que destaquen en la manada. Ese es el público que ese atentado de escritora persigue, y vive dios que la tía es lista. ¿Atentado de escritora? Dios... o la traducción del libro es LAMENTABLE o efectivamente, es un atentado contra la escritura, démosle el beneficio de la duda.

Pero a lo que vamos, la película. A nivel de guión, Crepúsculo es una adaptación como la copa de un pino, y me explico. En dos horas de metraje, la directora (Catherine Hardwicke... si, la de Thirteen, manda huevos) consigue contar absolutamente TODO lo que se explica en el libro, ¿cómo? Es tan sencillo como que la mitad de la novela (y no exagero) consiste en las siguientes oraciones: "me miró", "le miré", "nos miramos", "su mirada me...", "mi mirada le...", "nuestras miradas se..."; y sustantivos y adjetivos repetidos hasta la saciedad: "ardiente", "belleza", "frío", "gélido"... ya tenemos medio libro, no estoy exagerando lo más mínimo. ¿Historia? ¿Para qué? ¿A quién le importa la historia? Necesitamos descripciones que hagan que las adolescentes mojen las bragas, la historia es secundaria. En ese aspecto, la película es una adaptación IMPRESIONANTE, si señores, planos y planos, y planos y más planos, y planos y muchos planos, y más planos, del lánguido y empolvado (dios el maquillaje... dios, el maquillaje...) Edward mirando con la ceja arqueada a la CARA DE SIESO de Bella. Y planos, y más planos, muchos, muchísimos planos de miraditas, eteeernos planos de miradas y más miradas, horrible, insufrible, asqueable, inaguantable. La historia también la cuentan, por supuesto, y aun así les da tiempo a otorgar un mayor protagonismo al ANGELITO DEL CIELO del padre de Bella, un señor tan bueno y con tanta paciencia con la tonta'l pijo de su hija que se merece un Spin Off, pfff, llamémosle: "El sol a la hora de la siesta: el calzonazos padre de Bella", un protagonismo que, curiosamente y sin apreciarse en la novela, constituye uno de los mayores aciertos de la película proporcionando un alivio cómico que se agradece entre planos y más planos, y más planos todavía de miraditas entre el dúo protagonista.

¿Y los vampiros? Ahí quería llegar. Señores, por supuesto que los vampiros son seres imaginarios, sujetos a las modificaciones que cada cual quiera darles. Pero por favor, vampiros-mono que brillan con purpurina (dios, el maquillaje...) con la luz del sol, vampiros que se alimentan de animales, vampiros tan moñas, tan rancios... "Sus frases parecían salidas de otra época" que dice la pava de Bella, ¿mande? Yo juraría que el tonto'l haba de Edward hablaba de un modo tan corriente (y como vomitando las frases, por cierto) que se me escapó ese pequeño matiz. Una película de vampiros SIN UNA PUÑETERA GOTA DE SANGRE. Que si, que le puedes dar un giro a los monstruos, que no digo yo que no. Tenemos a True Blood, una serie impresionante. Un vampiro retira la sábana que tapa un crucifijo mientras dice: "no soy tan importante como para ocultar la imagen de nuestro señor", oiga, con dos cojones. Sutil, elegante, bien hecho, dando una dimensión nueva a un monstruo algo trillado, pero... ¿purpurina? ¿Vegetarianos? ¿Y los colmillos? ¿¡Dónde están los colmillos!?

Si, ¡COLMILLOS!

Y esa, señores, como diría Coco, es la diferencia entre hacer las cosas bien y mal. Entre elevar la imagen tan mitificada del vampiro hasta las nubes o cubrirla de una densa capa de mierda (pero mierda que brilla al sol y no se reseca, ¿eh? Ojo)


¡Hay que verla, es obligatorio!

El frikicrítico puntúa:

Déjame entrar: 10/10
Crepúsculo: 3/10


2 comentarios:

  1. Doy fe de que Mortadelo y Filemón es un libro con los que caga,allí está el pobre esperando un apretón para que alguien le meta mano.

    God Save Dragon Ball:Evolution!!!

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  2. Si con Viernes 13 teníamos algunos desacuerdos, con Déjame Entrar coincidimos al 100%. En mi repaso a lo mejor del pasado año la encumbré hasta el primer lugar. Una obra maestra.

    (La de Crepúsculo no la he visto)

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Sucios piratas dicen: